miércoles, 19 de noviembre de 2008

Benjamín Prado, de cerca

Benjamín Prado ha parado hoy por la biblioteca municipal villa de Vallecas,
dentro del programa "escritores en las bibliotecas". Y hemos estado con él.

Sin embargo la tecnología me da la espalda cuando más la necesito y mí
ordenador, que es analfabeto, se ha negado a admitir las fotos, el texto y
el audio que tenía de esta jornada e impide que cuente el día de hoy como
se lo merece, lo haré mañana.

Pero ahora, desde el móvil y como adelanto, quiero compartir, además de la
profunda emoción que siento por haber pasado esta tarde con Benjamín, y
haberle oído contar anécdotas por doquier (de Alberti, de Sabina, de
Esperanza Aguirre?!...), de la creciente admiración, respeto y
agradecimiento por el trato y el cariño recibido, además, quiero apuntar
alguna de las ideas que sobre poesía ha derrochado con los allí presentes.
Pues eso es, en definitiva, lo que le hace ser quien es.

"No se porque empecé a escribir, pero sí por quién", así ha empezado
Benjamín Prado la charla. Y así ha continuado, explicando cómo cuando
estaba en el instituto empezó a leer canciones de Bob Dylan traducidas al
castellano y empezó a hacer "imitaciones baratas". Hasta que un día su
profesor de literatura Fernando Morlan? Le recomendó dos libros, Poeta en
Nueva York y Sobre los ángeles. "Me causaron una admiración casi infinita".

"Un día, en Las Rozas, donde vivía, fui a comprar una barra de helado y al
bar al que fui estaba Rafael Alberti...", así introduce lo que le condujo a
ser el escritor que es y que mañana podemos leer íntegramente.

"Me interesa la literatura que es capaz de comprometerse con la realidad,
que da opiniones, que no se conforma con las verdades globales. [...]
Pensar es conformarse menos y ser capaz de elaborar verdades personales".

Poco a poco fue adentrándose en la poesía, de la que, entre otras muchas
cosas dijo "un poema es un lugar de encuentro [...] el escritor no puede
aprovechar el lenguaje para marcar una distancia con su lector. Un poema
debe ser claro, y perfecto".

"Nos acordamos de los versos que nos dicen cosas inolvidables [...] Tienen
la capacidad de cambiar, de abrir las palabras por la mitad para que desde
ese momento ya no sean iguales".

"No creo en la literatura como entretenimiento [...] la literatura, un
libro, es una casa de la que los lectores tienen la llave, entran cuando
quieren y su les apetece, pueden quedarse a dormir".

"Hay dos privilegios en este mundo, ser escuchado y haber pagado la
hipoteca", con esta broma introdujo su visión sobre el compromiso del
poeta.

"Cuando empecé a escribir me dije que nunca escribiría nada que me
avegonzase enseñarle a Bob Dylan. Él fue quien giró la llave del motor de
la literatura".

Además, explicó cómo elige entre escribir poesía y prosa, qué busca con la
poesía, como escribió el poema de Marga (será harina de un post especial),
que el mayor éxito de un poema es que alguien diga "es verdad", cuándo
escribe, como iba a ser una novela que nunca fue y cómo la distancia es
fundamental en la literatura.

La transcripción íntegra, mañana, que las teclas del móvil son muy pequeñas
y ya me duelen los dedos (disculpadme los errores con el formato y la
ortografía, pero si los elementos fueron capaces de derrotar una armada,
qué no han de hacer con este blog).

Además, voy a coger el bolígrafo para escribir en mi cuaderno. Para apilar
con todo lo dicho y contado en el día de hoy. Algo de eso lo iré
trasladando el blog, pero hay cosas que es mejor no contar....

Gracias por la iniciativa y por el trato de las chicas de la biblioteca
(disculpadme pero soy muy malo para los nombres), ¡Gracias Benjamín!

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